Del cómo mantener la tradición de una manera diferente. Renovación, frescura y un ferviente compromiso con dejar una huella en el imaginario nacional.
Desde hace más de 5 años que inicio La Buena Hechura, constantemente ha habido algunos nombres recurrentes de sastrerías o maestros sastres que salían a la conversación. Ya sea por referencia, platicas con conocedores, recomendaciones o simplemente por buscar en internet. Uno de esos era la familia Welton & Sons.
La primera ocasión que me dediqué a buscar su trabajo en la web vi bastantes cosas interesantes sobre su trabajo: diseño y propuesta de trajes, pero no como tal de su sastrería. Me intrigaba, mas no terminaba de entender su propuesta.
Lo solté, no volví a buscar su trabajo. Por ende, no llegué a buscar a ningún maestro de la familia. No obstante, inicia La Cruzada Sartorial Mexicana, comenzamos a hacer ruido y poco a poco me empiezan a preguntar sobre la familia Welton. Una buena cantidad de sastres me preguntan si ya los había entrevistado, apasionados de la alta costura me pedían opinión de su estilo y sastrería. Y yo, sin saber al menos el nombre del maestro detrás de la marca.
Un día suena el nombre Enrique Welton en la plática e inicia nuestra cruzada.
Enrique Welton, ahora Welton & Sons, inicia su trayectoria sartorial más de treinta años atrás. Primero en la compra y venta de habilitaciones para sastres, segundo como gerente de tiendas de ropa a la medida y finalmente como propietario y experto sartorial de su propio taller y sastrería.
Esta trayectoria nos vislumbra algo que en la plática a profundidad y en la primera prueba pude constatar. El maestro tiene un domino extenso sobre la materia prima y la evolución constante de las habilitaciones para sastres (primera experiencia), un servicio al cliente, estilos, propuesta y acompañamiento puntual en el diseño y prueba de agradecer (segunda experiencia) y un conocimiento del arte sartorial. Vi la hechura, las técnicas de trazo, sistemas de prueba, armado y demás vicisitudes dentro de un taller que fue todo un gusto debatir y complementar (tercera experiencia).
Lo cual da como resultado a un conocedor y maestro en todo el sentido de la palabra. Asimismo, algo bastante interesante de apuntar en su trayectoria es que su formación fue, de hecho, a la inversa de como es normalmente con los sastres. Un sastre se hace primero en la puntada y la técnica, luego en el trazo, corte y prueba. Después, en los materiales, plancha y terminados y al final en la atención y seguimiento al cliente. En cambio Welton, con su trayectoria, rompe el paradigma y logra instaurar su propio estilo, fundamentado en su propia experiencia.
Años después Emilio Welton, su hijo, se une como cabeza de la comunicación y las relaciones de la marca, con el compromiso de cambiar el paradigma en la manera de ver la elegancia en México, lo cual termina por cerrar el círculo de la marca y crear el estilo Welton, que más adelante, en el segundo artículo de esta cruzada, reseñaremos.
Puntos básicos del estilo sartorial de Welton & Sons:
– “Técnica inglesa, estilo italiano, ingenio mexicano”. Es como se describen. Me parece un statement bastante riesgoso y atinado. No solo porque su estilo de sastrería está fundamentado en eso sino, porque, a mi parecer, eso podría ser algo de lo que podría definir la sastrería mexicana: ingenio. Por ende, lo que lograría que México, al igual que otros países, tuviera un sello sartorial de exportación. Una sastrería de exportación.
– Su sistema de trazo es el frecuente de la escuela mexicana. El sistema a proporción y los fundamentos de la escuela española de La Rocosa.
– Su silueta, ajustada, más no incomoda, tiene clara influencia de la corriente actual italiana/americana. Buena curva en costados y delanteros, sisas ajustadas, más no atacadas, bocas de pantalón y manga angostas y por ende bíceps y muslos de proporciones justas.
– Asimismo, cruces altos y pretinas bajas (detalles que no son de mi estilo y que se los hice saber al maestro Welton en su momento).
El traje:
– Para este traje, la propuesta fue hacer una combinación entre el estilo Welton y el de La Buena Hechura, buscando como prioridad la adaptabilidad a uno de mis hobbies: el uso de la bicicleta en la ciudad.
– Por lo que en este encargo se buscó a sobremanera comodidad, movilidad y estética:
- Sisas justas para el movimiento de los hombros.
- Trabajo de entretela en el avance de hombro para el agarre de manubrio.
- Amplitud de espalda para la ganancia de omóplatos.
- Entalle repartido en costadillos, delanteros y espalda para no comprometer la silueta, ni la movilidad.
- Manga 2/4 de pulgada más larga de lo recomendado con la finalidad de que al aventar los brazos hacía adelante para agarrar el manubrio, ésta se mantenga en buena posición de antebrazo y respetando largo de manga.
- Longitud de faldón largo para que al momento de sentarme en la bicicleta, mantenga cubierta la espalda baja y la parte de los glúteos, sin por eso rozar con algún punto no grato de la bicicleta.
- Base de pantalón muy alta, una pulgada y media más arriba del ombligo (el tiro más alto que he pedido en toda mi experiencia de sastrerías) y doble pinza amplia; ambos detalles con la finalidad de que al momento de sentarme, se mantenga cómodo el vientre y a la par, al momento de pedalear, los muslos tengan suficiente libertad y movilidad.
– Como último detalle y no por eso menos importante, decidimos descontextualizar los grados de formalidad en el traje.
- Elegimos un dibujo muy formal (raya diplomática) que tiene un diseño muy interesante. Al momento de acercarte al dibujo, te das cuenta de que no es una línea continua sino una construcción de puntos seguidos en diferentes posiciones.
- Siguiendo el concepto de formalidad de la raya, nos decantamos por solapas en punta de lanza contrastando con un cruce recto. De igual manera, rematamos con carteras en los bolsillos sobre construcciones de parche.
- Y para cerrar el concepto: 4 botones en el martillo de manga con botones esmeralda de detalles negros y base de plata.
- Un contraste intencionado entre la formalidad y el sport.
Se acerca un traje sumamente interesante.
Conclusión: No por ser sastrería, tiene que ser aburrida. La sastrería responde a la necesidad del cliente y a su contexto, no a las modas o los cánones instaurados.
Sinceramente,
A.J.
Muy buen reportaje, le deseo continúe con su labor de difusion de la cultura sartorial; toda vez, que bastante falta le hace a nuestro país. Saludos cordiales!
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